Existen pocas aves tan difíciles
de ver en la península ibérica como la cigüeña negra (Ciconia nigra). Nidifican
en la más absoluta soledad, lo más lejos posible de la presencia humana,
raramente se la escucha y no suele volar en grupos numerosos.
Nuestra protagonista de la
entrada viajaba sola, en los días fríos de enero, que a decir verdad, no eran
muy fríos. Prueba de ello es que las golondrinas sobrevuelan ya, en tan
tempranas fechas, los campanarios de Utrera y las salamanquesas cazan insectos
en mi patio. Hasta he visto un grillo.
Para mí, comenzar el año con tan majestuosa
ave es un privilegio. Desconozco qué hacía por estas tierras. Era una mañana cálida
y el trigo brillaba verde en los campos. Daba un paseo en bicicleta cuando me
pasó volando. De momento no le presté mucha atención pensando que era una
cigüeña común, que ahora son muy numerosas en el pueblo y están arreglando ya
los nidos para la primavera. Pero cuando la observé con detenimiento me di
cuenta de que era una cigüeña negra. La primera que veo en mi vida.
Se posó unos minutos en el trigal
y por ello tuve tiempo para sacar la cámara. Pronto retomó el vuelo y poco a
poco su silueta se fue perdiendo en el horizonte. Bastó con eso para ilustrar
este reportaje. Las imágenes están tomadas sin mucho encuadre, con el modo
automático, no tenía mucho tiempo y sin trípode, a pulso. Como casi todas las
fotografías de este blog. Se trata de fotos de naturaleza al natural, los seres
vivos en su entorno, con la luz del día, sin retoques, sin artificio. Me parece
que en esta naturalidad al retratar el mundo se halla una enorme belleza. Por
eso no les hago retoques a mis fotos, ni recorto en exceso las aves para que se
pueda ver dónde están posadas, el entorno que habitan, del que forman parte y
del que separarlas es ya una ficción.
Las cigüeñas negras son aves
zancudas, de largas patas y pico rojo. Se distinguen de las cigüeñas blancas en
el color, pues son negras casi completamente, salvo por el vientre que es
blanco. Son poco numerosas. En España hay una población de 400 parejas
reproductoras, según los datos de SEO/Birdlife. En su alimentación es un tanto
peculiar, se basa en la pesca de peces, pero complementándola con insectos,
anfibios, reptiles, crustáceos e incluso pollos de pájaros. Suelen nidificar
lejos de la presencia humana en rocas o en las copas de árboles como el pino o
el alcornoque.
Se enfrenta a amenazas como la
presión urbanística, la contaminación de las aguas, los tendidos eléctricos
entre otras. Todas estas amenazas, sumándolas al bajo número de aves de esta
especie la ha llevado a ser incluida en el Libro
Rojo de las aves de España con la categoría de “vulnerable” y en el Catálogo Nacional de Especies Amenazas
como “en peligro de extinción”.
Me pareció increíble ver tan cerca
a tan maravilloso animal. Si algo he aprendido es que cuando se sale al campo
nunca se sabe lo que vamos a encontrar. Puede que tengamos pensado ver a una
especie en concreto y que luego, aunque veamos a la tal especie, nuestra
atención haya sido captada por la sorpresa de otra especie. La naturaleza
siempre tiene la capacidad de sorprendernos o siempre tenemos la capacidad de
sorprendernos ante la naturaleza.
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