lunes, 17 de junio de 2019

Excavando en las orillas: el cangrejo violinista

“Creo que el filón más rico se halla en los alrededores; me fio de la varita mágica y de los finos vapores que se elevan desde la tierra, y aquí comenzaré a excavar”. Walden, Henry David Thoreau.

Junio está siendo fresco por estas tierras de azul turquesa y de blanca cal. Me imagino que será tierra de vientos, por lo menos lo lleva siendo desde que la habito. 
Me decidí a indagar por el paseo de Castilnovo, cerca del pueblo de Conil, y cuando pasaba por el puente del río Salado, me encontré con estos seres. Ya había visto los boquetes en el suelo en la laguna alimentada por las mareas que se forma bajo la torre de Castilnovo y llevaba un tiempo preguntándome si serían cangrejos o arácnidos. Porque las Lycosas hacen boquetes en el suelo bastante similares. 

Caminé por las arenas de la orilla detectando los boquetes, atenta a los seres que los habitan y tras varios errores, debidos sobre todo a mi torpeza y durante los que lograba ver fugazmente algo informe moviéndose, empecé a verlos con claridad. Saqué la cámara y conseguí las imágenes. 
Se trataba de los vulgarmente llamados cangrejos violinistas o cangrejos de boca. Uca tangeri, es el nombre científico. Se caracterizan porque en los machos una de las pinzas es más grande que la otra, se debe a que esa pinza tiene un crecimiento continuo. Las hembras tienen las pinzas de igual tamaño. Los ojos están sostenidos mediante péndulos oculares, como se puede ver en algunas fotos.
La coloración la verdad es que era un tanto dispar, pues pueden cambiar de color dependiendo del entorno y si es de día o de noche. Los quelíceros o pinzas son amarillas o anaranjadas y el resto del cuerpo es más o menos violeta o púrpura.
En cuanto a su hábitat, como vemos, vive en estuarios, playas, humedales. En zonas donde halla agua, en este caso salada. Se alimenta de partículas orgánicas de la arena, por eso vemos mucha arena compactada en granos (como de pienso de perros) alrededor de los boquetes. También pueden alimentarse de pequeños peces y de otros animales invertebrados, igualmente de carroña.
Habita todo el litoral atlántico peninsular, se distribuyen desde Portugal hasta Angola. Como las playas que había frecuentado anteriormente eran del mediterráneo, estos seres conileños me resultaron nuevos.
Hacía viento y la desembocadura del río Salado era un despliegue de turquesas. Dejé a los cangrejos con su vida semisubterránea allá en el fango de las orillas y seguí mi camino. Todo está habitado. No hay naturaleza vacía. Naturaleza es todo un lleno.