miércoles, 11 de marzo de 2015

Poblando las charcas



Llega la primavera y con sus aguas fugaces purifica el ambiente. Las espigas de trigo se estiran verdes hacia el cielo y los cantos de las aves veraneantes inundan el aire.

Tras varios días de nieblas y efímeras lluvias, los campos de Utrera se llenaron de charcas y pronto acudieron a ella distintos pobladores.


Un morito común se alimentaba de insectos en una de ellas, cerca de una cigüeñuela que no paraba de hacer movimientos violentos, agitando la cabeza y emitiendo sonoros reclamos, al parecer molesta por el descaro del morito. Mientras tanto una paloma doméstica aprovechaba para cazar por otro lado de la charca. La cigüeñuela comenzó a hacer breves vuelos para espantarnos a todos, incluido a mí, que desde mi bicicleta, cerca de charca, fotografiaba la escena. Al final el morito tuvo que irse y la paloma también. La cigüeñuela quedó sola, dueña y señora de la charca.




El morito común (Plegadis falcinellus) es uno de los Ibis que puebla Europa. Por Utrera está ahora de paso, los veo muchos días al atardecer. Pasan volando bajo, en grupos de 7 a 10, volviendo quizás al lugar en donde pasan la noche y del que salen al amanecer. En los días de lluvia pueden verse grupos grandes por la zona del Torbiscal. Pero ni crían ni residen por estos lares. Sólo se aprovechan de la bonanza y el derroche primaveral. 



Es un ave zancuda, con el pico curvo que lo hace inconfundible y que nos recuerda a ese dios que los Egipcios llamaron Thot. Es de un color negro brillante. Depende de cómo le incida el sol se ve negro, azul, verde o rojizo. Estuvo un rato dedicado a la limpieza de sus plumas, indiferente a los reclamos de la cigüeñuela, pero luego, cuando esta comenzó con los vuelos rasantes abandonó la charca.


La cigüeñuela común (Himantopus himantopus) es un ave de extraordinaria belleza, estilizada, blanca y negra, con las patas rojas y el pico muy fino. Es una limícola muy común y bastante ruidosa como pude comprobar. La población ibérica es principalmente estival, por lo que este ejemplar probablemente estuviera en su paso migratorio pre-nupcial. 



Después de haber tomado estas fotos y habiendo quedado solo la cigüeñuela tras la ruidosa trifulca, decidí dejarla tranquila en su pesca de invertebrados varios en la fugaz charca de la primavera.