Cuando el frío arrecia florece el lirio.
En estos días, en mis paseos en bicicleta, me asombró ver
tan maravillosas plantas por los campos utreranos.
El lirio de invierno (Iris planifolia) es una planta
perenne, de tipo bulbosa, bajita, de unos quince centímetros de altura, sin
tallo, con las hojas largas y planas. No me había fijado en estas plantas
porque son discretas y no resaltan en la vegetación. Al menos, no lo hacían,
hasta que de pronto, en el inhóspito invierno florecieron y entonces sus flores
llamativas fascinaron mi atención.
Las flores son de un azul intenso como el cielo, bastante
grandes en comparación con el tamaño de la planta. Nacen directamente, junto
con las hojas, de los bulbos.
Sorprende la fortaleza de los pétalos que resiste las
escarchas, los fuertes vientos y en general las inclemencias del tiempo.
Habitan buena parte de los países mediterráneos y florecen
en la estación invernal.
Con ellas inauguro la entrada de las plantas a este blog.
Porque son muchos los seres que habitan nuestros paisajes y debemos ir
profundizándolos poco a poco. Desde lo más cotidiano y llamativo, a lo más
sencillo y discreto. Desde lo superficial a lo profundo.
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