domingo, 18 de noviembre de 2018

Truxalis nasuta: un saltamontes peculiar


"No estoy más sólo que un sencillo gordolobo, o un diente de león, o una hoja de judía, o una acedera, o un tábano, o un abejorro". Walden, H. D. Thoreau

Las últimas lluvias han convertido en barrizales buena parte de los carriles. No obstante los días nublados son una bendición para estas tierras del puro brillo solar y no pierdo la oportunidad de salir en ellos.
Cerca de Los Molares realicé una parada para fotografiar unos cuervos que siempre andan por allí. Nunca lo consigo decentemente. No iba a ser la excepción y las fotos no salieron. Volaron lejos y no me dio tiempo ni de enfocarlos. Pero entonces entre las hierbas, al borde del carril, pude ver este curioso insecto. Nunca antes lo había visto, fue mi primer encuentro con esta especie. 

Siempre me ha gustado la entomología y hubo un tiempo en que no paraba de consultar el Chinery (La guía de campo de los insectos de España y de Europa, de Michael Chinery). Por aquel entonces estudié la asignatura de entomología del Grado de Ciencias Ambientales en la UNED. Pero luego, una vez identificados los insectos más comunes, la dejé un poco de lado.

No obstante aquel insecto me resultó super curioso y caí en la cuenta de que nunca he puesto una entrada en el blog dedicada a un insecto, siendo su variedad tal alta en la naturaleza. Así que por qué no. Llevaba un objetivo grande, para fotos a distancia, lo que complicaba fotografiar el ejemplar que estaba prácticamente a mi lado, pero con maña todo se puede. 

Lo primero que me pregunté al verlo era si se trataba de un ortóptero o de un fásmido, es decir, un saltamontes o un insecto palo. Ahora sé que se trata de un saltamontes. Truxalis nasuta es el nombre de la especie (Orden Orthoptera, Suborden Caelifera, Familia Acrididae, Género Truxalis). Parece ser que hay otra especie: Acrida ungarica mediterranea, que se le parece mucho, pero por la ubicación en tierras sevillanas me indican que debe de tratarse de Truxalis nasuta.

No quiero aburrir con la descripción del insecto, espero que baste con las imágenes. Aunque me gustaría indicar algunas cosas sobre le especie, a pesar de tener ese aspecto tan alargado, el insecto vuela y no sólo eso, sino que puede volar distancias bastante largas. La especie prefiere lugares soleados , el matorral bajo, los cultivos de gramíneas (el hábitat en el que estaba). Se distribuye por el centro y sur de la península, también las Islas Canarias, norte de África, Cabo Verde, Oriente próximo y la India.

Como un trocito de paja, este curioso saltamontes saltaba entre las hierbas del carril, mimético, difícil de ver, como una hierba que se mueve, naturaleza móvil. Paisaje cambiable, compuesto de seres que se parecen a su hábitat.

viernes, 26 de octubre de 2018

Entre las sombras del parque: mirlo común


“Sed un Colón para continentes y mundos nuevos y enteros dentro de vosotros mismos, abriendo nuevos canales, no para el comercio, sino para el pensamiento. Todo hombre es el señor de un reino a cuyo lado el imperio terrestre del Zar es un dominio insignificante, una loma dejada atrás por el hielo”. Walden, H. D. Thoreau.


Este octubre nos han visitado ya las primeras lluvias. Tras meses de cielo azul brillante, las nubes se han abierto paso con los días más cortos y una nueva floración, la otoñal, ha comenzado. De nuevo el verde inunda las veredas y nuevas aves visitan la campiña utrerana. 

Esta entrada no está dedicada a una especie migratoria, no obstante. Porque en la naturaleza los encuentros son caprichosos. Y la verdad tampoco es un encuentro en mitad del campo, sino en un parque. A decir verdad muy poco hay en el blog sobre las aves urbanas, esas aves cotidianas con las que convivimos día a día. 


Todos los días paseo por un parque cerca de casa y siempre sigo con la mirada a los mirlos. Allá entre las sombras, bajo los arbustos, ave más de suelo que de cielo, que se mueve a saltitos fugaz entre las matas, pero que ya no se asusta de las personas, aves acostumbradas a los paseantes. Y nunca llevo la cámara con lo cual nunca las fotografío. El otro día, como había llovido y los campos estarían llenos de barro, me decidí a llevar la cámara al parque y allí conseguí las instantáneas de este mirlo que curioso se asomaba entre los palmitos a mirar la cámara.


El mirlo común (Turdus merula) es un ave grandota. Negros los machos y pardas las hembras. Este de las imágenes es un macho, se caracteriza por el color negro y el pico y los anillos oculares amarillos. La hembra es marrón oscura, el anillo ocular y el pico son pardos. En vuelo es un ave ágil, pero es raro verlos a gran altura, generalmente sus vuelos son bajos entre matorrales, en donde desarrollan su vida. Su canto es muy bonito y melódico, aunque tiene muchos reclamos distintos.



Es un ave residente, que no realiza migración y que vive toda su vida en el mismo lugar. Habita toda la península ibérica, por ello es un ave muy frecuente de encontrar. Se alimenta de insectos y lombrices, y también a veces de algunos frutos estacionales. Anida en las ramas bajas de los arbustos siempre cerca del suelo. En la primavera es frecuente ver a los jóvenes mirlos correr dando saltos entre los arbustos. No es una especie amenazada ni se enfrenta a problemas en su hábitat. Es una ave cotidiana, acostumbrada a la presencia humana, que desarrolla su vida en parques y jardines, pero también es frecuente en el campo, en la dehesa, allá donde va se adecúa al entorno. 



Hay una gran belleza en lo cotidiano, aunque a veces estamos tan acostumbrados y acostumbradas a ver lo mismo, lo de siempre, que nos cuesta admirarla. Hay que aprender a ver un poco desde fuera, por eso es tan importante viajar y volver con otra mirada.

jueves, 18 de octubre de 2018

Comienza el otoño: Busardo ratonero



“Mientras disfrute de la amistad de las estaciones, sé que nada puede convertir la vida en una carga para mí” Walden, H.D. Thoreau.

Los días empiezan a acortarse, el algodón blanquea entre campos arados, a la espera del trigo. A los bordes del carril de arena sólo permanecen cardos secos, esqueletos de la primavera. En bicicleta me adentro a los campos, ahora que los días han refrescado y algunas nubes aparecen por el cielo. 

Han llegado las collalbas grises y los estorninos, bandadas de gorriones inundan los campos arados, las perdices se han multiplicado, pero nada de esto puedo fotografiarlo. Arriba, sobre mi cabeza en el cielo azul un busardo ratonero otea los campos, me da tiempo a parar la bici, sacar la cámara y fotografiarlo, así que a esta especie le dedico la entrada.

El busardo ratonero, Buteo buteo, es una rapaz muy abundante por esta tierras, junto con el milano, diría que son las más comunes de ver por la campiña utrerana. Es un ave robusta, sus alas son anchas y la cola se despliega en abanico, lo cual la distingue del milano. Las alas y la cola presentan el borde recorrido por una banda oscura, lo cual también la caracteriza frente a otras rapaces.

Es una especie común en la mayor parte de Europa y habita por toda la península. Es una especie residente pero en determinadas estaciones realizan movimientos, algunas vienen de zonas más al norte de Europa a pasar el invierno, otras pasan a África. También hay una migración primaveral. Por estas tierras utreranas es una rapaz tan frecuente que es imposible saber si el ejemplar estaba de paso o no.

En cuanto al hábitat en el que desarrolla sus actividades, esta ave se adecúa a cualquier hábitat y se alimenta de gran variedad de cosas, desde insectos a vertebrados o carroña, resulta una especie oportunista que se adapta fácilmente a los cambios. 

Me sobrevoló dando tres vueltas en el cielo antes de alejarse sobre un campo arado y su silueta se perdió más allá sobre un campo de algodones. Un breve encuentro en los días de otoño, días de paso, de fugaces cambios al invierno.



miércoles, 12 de septiembre de 2018

Nacimientos en la laguna: Zampullín común

“Quizás sería bueno que pasáramos más días y más noches sin ninguna barrera que nos aísle de los cuerpos celestes, y que el poeta no hablara tanto protegido por un techo, o que el santo no viviera ahí dentro tanto tiempo. Las aves no cantan en la cuevas, ni las palomas alimentan su  inocencia en el interior de los palomares”.
Walden, H. D. Thoreau.


Al final del verano, en la campiña utrerana continúan los días calurosos, aunque este año han hecho ya acto de presencia las primeras tormentas. 
En estos atardeceres el sol se posa en el horizonte totalmente anaranjado anunciando el otoño. Como en otros años, por estas fechas, dado que los campos están arados y expuestos al sol, lo más agradable son los paseos por la laguna. 

A el Pantano de la Torre del Águila ya la hemos dedicado otras entradas. Situado muy cerca de El Palmar de Troya, en el término municipal utrerano, ofrece un entorno ideal para pasear a finales de verano.
En 2016 encontraba por allí un grupo de flamencos, a los que dediqué una entrada.
Y en 2015 a la búsqueda de papamoscas cerrojillos que son muy numerosos por allí, me encontraba con una curiosa abubilla.
Este año estaba rebosante de agua, debido a las frecuentes lluvias del invierno y cuál fue mi sorpresa al encontrarme a dos jóvenes zampullines muy cerca de la orilla, realizando sus primeras incursiones por el territorio.

El zampullín común, Tachybaptus ruficollis, es un ave acuática de pequeño tamaño, muy pequeño, y más siendo como eran juveniles se veían realmente pequeñísimos. Se zampullían todo el rato por lo cual desaparecían constantemente de la superficie y reaparecían de nuevo en otro lado, no muy lejano, desde luego. Pude ver algún adulto salir a la superficie, pero era cuestión de instantes, con lo cual me fue imposible fotografiarlo. Los pollos permanecían más tiempo sin zambullirse lo que me permitió el reportaje. Una mancha amarilla en la comisura del pico caracteriza a los adultos en verano, frente a otros zampullines. También la cabeza y el dorso pardo oscuro en invierno. Los pollos como vemos en la foto son muy oscuros y presentan en las mejillas una líneas negras sobre fondo crema.

Habita por toda la península ibérica, en humedales siempre que no estén a demasiada altura, como en los pirineos en donde la especia está ausente.  No realizan migración, están todo el año en la laguna.

Se alimentan de pequeños organismos acuáticos, como  insectos, larvas, alevines de peces, pequeños anfibios, etc. Su técnica es zambullirse y bucear unos metros en busca de alimento. Así que los vemos aparecer y reaparecer en la superficie constantemente.

En cuanto a los pollos, a los 40 días aproximadamente son capaces de independizarse, aunque permanecen cerca de los adultos. Esta debería ser de la edad de los ejemplares fotografiados, nacidos en pleno verano.

Con sus imágenes finalizamos la entrada deseándoles una buena existencia lagunera.


miércoles, 6 de junio de 2018

Se dora el trigo al sol: cogujada común

“Deberíamos mirar más a menudo por encima de la borda de nuestro navío, como pasajeros curiosos, y no hacer el viaje como estúpidos marineros encargados de fabricar estopa”. 
Walden, Thoreau.

Comienza junio nublado y húmedo, inusual por estas tierras del claro brillo solar. Aun así los campos de trigo se secan lentamente, y pasan de verdes a dorados. El ciclo de la vida es imparable, sobre todo en la primavera que se alarga este curioso año.

En mis paseos en bicicleta siempre veo y oigo a las cogujadas, pero suelen salir volando y alejarse a mi paso. Eso y su magnífico camuflaje cuando se posan en el carril, hace que fotografiarlas no sea demasiado fácil. Supongo que esperando pacientemente al final aparezcan ante el objetivo, pero ese no es mi estilo. Yo paso rápido por el carril, en bici y no me entretengo demasiado. Si el ave vuela cerca o se queda posada cerca pues ahí voy, a realizar la foto, sin trípodes ni retoques posteriores. La naturaleza tal cual es. 
No sé qué les pasaba ese día a las cogujadas, primero pasé muy cerca de una, a menos de un metro y se quedó posada, no echó a volar. Lo cual me extrañó,  pero no saqué la cámara. Más adelante me pasó lo mismo con otras dos que me miraron indiferentes. Y más adelante me volvió a pasar. Cuando iba ya camino de vuelta, me decidí a sacar la cámara y llevarla a mano, por si me volvía a encontrar alguna más y así fue efectivamente. 
Primero una pareja estaba en medio del carril, ahí paré la bici y a pulso enfoqué con la cámara. Una salió volando y me sobrevoló gritando y ahí aproveché para fotografiarla. La otra se posó en una roca cercana y estuvo mirándome un rato. Hasta que pensé que ya eran suficientes fotos y me fui. No se movió ni siquiera cuando empecé a pedalear.  Y así es como he ilustrado esta entrada.
La cogujada común, Galerida cristata, es un ave muy común de las zonas agrarias. Es una passeriforme de mediano tamaño y colores pardos, con algunos rayados oscuros. Lo más característico es la cresta que posee, el pico alargado y la cola corta que le da un aspecto rechoncho. El canto es también muy característico. 
Se trata de una especie sedentaria en la península ibérica y una de las densidades más altas se data en el valle del Guadalquivir. Las fotos están tomadas en Utrera, provincia de Sevilla.
Su dieta es muy variada, brotes, grano, insectos. Da igual lo que hayan plantado en los campos, las cogujadas no parecen moverse de aquí para allá, hasta cuando hay barbecho y todo está seco, en el cálido agosto, ahí están, posadas en los terrones de tierra caliente. 
Al trigo dorado al sol no hay ave más acorde, ni al borde del carril. Con ellas os dejo la entrada y con uno de los paisajes típicos, como suelo acostumbrar.



lunes, 2 de abril de 2018

La vida de las charcas: Cigüeñuela común


Llega la primavera y tras los días de lluvia los claros se abren paso. Como todos los años, quiero dedicar, en estas fechas, una entrada a la poco valorada vida de las charcas. Son efímeras, pero albergan numerosas vidas. Insectos, anfibios y aves son pobladoras habituales de las charcas. 
Cerca de Utrera, en uno de mis paseos en bicicleta me encontré con una charca en la que habían algunos ánades, una gallineta y una cigüeñuela. Decidí escoger la cigüeñuela, pues aunque ha salido de refilón en otras entradas, no tiene entrada propia y es un ave tan hermosa y tan típica de la primavera por estas tierras que merece un espacio propio en el blog.
La cigüeñuela común (Himantopus himantopus) es una de las limícolas más comunes de la península ibérica. Resulta inconfundible: tiene las patas rojas, un pico fino u largo, las zonas dorsales son negras, el cuello y el píleo también son oscuros y el resto del cuerpo es blanco.
Es una especie con una amplia distribución mundial, se extiende por Eurasia y África. La población ibérica es principalmente estival. A esta zona de Utrera, llega por estas fechas poblando las charcas y conforme avanza el verano se concentra en torno al Guadalquivir.
Su hábitat es el humedal y se alimenta de invertebrados acuáticos principalmente.
Este ejemplar estaba alimentándose en la charca despreocupadamente. No pareció importarle mi cercanía y desde una distancia prudencial realicé las fotos que ilustran esta entrada de la primavera.