"Necesitamos ver nuestros propios límites sobrepasados y alguna forma de vida paciendo en libertad en donde nosotros no llegaremos nunca" Walden, H. D. Thoreau
En esta tierra de fronteras los hábitats se suceden de la orilla a la sierra. La costa se alarga por el levante y por el poniente en La Línea de la Concepción. Ando visitando la zona de Los Portichuelos, una costa salvaje, de las últimas que quedan, en peligro, por la construcción de una subestación eléctrica.
Ajena a su desaparición la vida florece en primavera. Más allá de las dunas veíamos a los gérguenes florecer (en la entrada anterior). En estos días lucen las vainas de su fruto y las flores han caído en su mayoría. Pero las floraciones se suceden y ahora son los altramuces con sus tonos azules los que colorean los caminos.
Hay varios tipos de altramuces silvestres, unos son amarillos (estos crecen por la zona del Pinar del Rey en San Roque) y otros azules. De entre los azules los hay de varios tipos y este que nos encontramos por Los Portichuelos es el llamado vulgarmente altramuz peludo. Su nombre científico es Lupinos micranthus y las flores no son completamente azules sino que presentan la quilla blanca.
Es muy frecuente en suelos ácidos y crece por todas partes en la segunda línea de costa, más allá de las dunas, en las laderas azotadas por el viento, entre pedregales, al borde de los senderos. Son matas bajas con las hojas peludas en forma de estrella. Este tipo de hoja tan característica la encontramos en todos los altramuces, hasta en los que se cultivan para su consumo. Hace años fotografié los campos de cultivo de altramuces por tierras utreranas. En alguna de las entradas de primavera pueden verse las imágenes.
La mañana era soleada y fresca. Los días nubosos se suceden por estas fechas, en estas tierras marineras, así que hay que aprovechar los claros para salir. Ya no huelen tanto los gérguenes, pero sigue oliendo a primavera. Los abejarucos nos sobrevolaban a ratos, pero no llevo la cámara en estos paseos. Voy corriendo por los senderos y es demasiado aparatosa y pesada. Las fotos están tomadas con el móvil y no me puedo permitir fotos en la distancia.
Muchos son los colores de la primavera: azules, morados, blancos, rosas, amarillos e infinidad de verdes. Amén de los tonos tierra, de las areniscas y las calizas. Del mar y los cielos, de la espuma de las olas. Con uno de estos paisajes despido la entrada.