"Fui a los bosques porque quería vivir deliberadamente, enfrentándome sólo a los hechos esenciales de la vida, y ver si podía aprender lo que la vida tenía que enseñar, no fuera que cuando estuviera por morir descubriera que no había vivido”. Walden, H. D. Thoreau
Pasan los días del año, frescos y húmedos. Seguimos por San Roque con el confinamiento perimetral desde principios de Enero y esto me obliga a centrarme en los paisajes locales. Hacía años que no iba por el Pinar del Rey, incorporado no hace mucho al parque natural de los Alcornocales.
Este pinar es un paisaje un tanto artificial, se plantó en el siglo XIX para la industria de la madera que se venía demandando para la construcción de navíos. Pero una vez abandonado su uso madedero ha ido generando un bello sotobosque con coscojas, jaras, helechos, y pequeños alisos (de entre lo que he identificado).
Fue una tarde sombría, los días nublados son muy típicos por esta zona y confieso que me he pasado años echándolos de menos, porque en la campiña utrerana eran raros, allí brillaba el cielo azul casi todos los días. Pues desde las navidades se suceden los días nublados, oscuros, y allá bajo los pinos más sombríos aún. Lo cual es una dificultad para realizar fotografías, al menos con el móvil. No he tenido muchas ganas de andar cargando con la cámara. Estoy explorando la zona, andando o corriendo, depende del día por los senderos que son liosos y que todavía no conozco bien.
Como decía, era una tarde sombría, la condensación de agua en las copas de los pinos hacía que a ratos lloviese entre ellos. Estaba todo muy verde, pero la primavera ya se anunciaba. Las primeras flores en abrir han sido las margaritas. Esta variedad en concreto (Bellis) está floreciendo en los márgenes de los senderos y proporciona unos tonos blancos al paisaje. Las flores son muy pequeñas y tienen muchos pétalos o lígulas blancas y el capítulo con disco amarillento. La tarde estaba tan sombría que muchas de ellas estaban cerradas, como pequeños puntos blancos un tanto imperceptibles entre el verde. Flores engullidas por el verde.
En cuanto a la especie concreta, siguiendo el “Atlas Clasificatorio de la flora de España peninsular y Balear” (García Rollán) me decanto por Bellis sylvestris. Ampliando las fotos me parece observar que las hojas tienen más de un nervio. Adjunto la foto de la página en donde se explica y aparece un dibujo de la hoja. Recomiendo a toda persona interesada en la botánica adquirir este libro. Se trata de una clave botánica en dos volúmenes imprescindible para conocer la flora peninsular.
Más allá de la identificación de la especie, deseo que esta entrada presente el anuncio de la primavera, con esas flores tempranas que empiezan a colorear los campos. La naturaleza continua, el tiempo pasa y las estaciones, a pesar de nuestros aconteceres. Todo cambia en la naturaleza y nosotros también cambiaremos.