“En medio de una lluvia suave, [...]
fui consciente de pronto de la dulce y beneficiosa compañía que me ofrecían la
naturaleza y el repiqueteo acompasado de las gotas y cada sonido y cada imagen alrededor
de mi casa, una amistad infinita e inefable, como una atmósfera fortificante
que hizo desdeñables todas las ventajas imaginadas de la vecindad humana, y no
he pensado más en ellas desde entonces”. Walden, H. D. Thoreau.
A finales de Enero hubo un fuerte
temporal por tierras conileñas. Los días se tornaron grises y el viento y la
lluvia se hicieron los protagonistas. El mar rugía y las mareas crecieron. El
río Salado aumentó su caudal y se convirtió en refugio de un variopinto grupo
de gaviotas. Llovía de forma intermitente así que aproveché para acercarme a
hacer fotos en uno de los escampados.
Sobre todo había gaviotas
reidoras, pero ya les dediqué una entrada por tierras portuguesas (gaviotas reidoras) y entre otras
especies, escogí las gaviotas de Audouin (Larus audouinii).
No sé exactamente cuántas eran, quizás
en torno a 6 o 7, no me quedó muy claro porque no se estaban quietas y tampoco
es que estuvieran todas juntas, sino dispersas en un grupo grande en el que
había reidoras, una pagaza piquirroja, gaviotas sombrías y algunas otras especies
que no acierto a identificar.
Fotografiarlas ha sido complicado
porque es casi imposible separarlas del resto, así que aunque he conseguido
alguna individual, lo que he hecho es centrarlas en la fotos y mostrarlas
rodeadas de otras gaviotas.
Escogí las gaviotas de Audouin
porque son una especie más o menos rara, no muy frecuentes de ver. Es una
especie mediterránea pero por estas tierras atlánticas, al estar tan cerca del
Estrecho de Gibraltar, suelen adentrarse de vez en cuando. Aunque hacia el sur, es decir, bordeando la costa atlántica africana llega bastante lejos.
Es una gaviota de forma
estilizada, más grande que las reidoras, pero más pequeñas que las patiamarillas.
Tiene el dorso gris, la zona ventral, cabeza y cuello son blancos, el pico rojo
con la punta negra, el anillo ocular rojo y las patas negras.
Como decía habita sobre todo la
zona mediterránea en donde es numerosa en la cuenca del Ebro, allí por ejemplo
crían. Pero esta no es su zona habitual, a veces se adentran en aguas atlánticas peninsulares y
en este caso debían de refugiarse el temporal en el estrecho. No obstante, como ya he dicho la especie se distribuye por aguas atlánticas bordeando las costas africanas. Consume peces
pelágicos, también invertebrados y algunos paseriformes.
No es una especie muy común y su
número aunque ha ido en aumento en las últimas décadas no es muy elevado. Por ello
se la considera “Vulnerable” en el Libro rojo de las aves de España, y “De
interés especial” en el Catálogo Nacional de especies amenazadas.
Atardecía y los últimos rayos de
sol anaranjado se escondían tras los cúmulos sobre el mar, en donde una fuerte
precipitación desdibujaba sus contornos. Al amparo del río el grupo de gaviotas
se preparaba para pasar la noche. Aproveché el breve escampado para realizar
las fotos que ilustran la entrada. La luz se iba, los azules se deshacían en
grises y pronto en noche. La lluvia volvió a caer.