Como todos los años por estas
fechas, más o menos, traigo un relato de mis paseos veraniegos. Este año tocó
Lisboa. Es una ciudad preciosa, con mucha luz y marinera. El olor del mar
invade las preciosas plazas desde las que salen los tranvías en los cuales se
pueden visitar los barrios tradicionales. El barrio alto es visita
imprescindible.
Paseando por Bélem me encontré
con el Monumento a los Descubrimientos justo a la orilla de la desembocadura
del río Tajo, enfrente del Monasterio de los Jerónimos y al lado de la Torre de
Bélem. Todos estos lugares son muy recomendables para conocer la historia de
Lisboa. Disfruté mucho con el paseo y fuimos a descansar a la sombra del
Monumento de los Descubrimientos. Fue allí cuando me encontré con las gaviotas
reidoras.
La gaviota reidora (Chroicocephalus ridibundus) es de pequeño tamaño y se adapta a una amplia variedad
de hábitats. Estas tenían el plumaje invernal (no reproductor), cuando están en la época reproductora tienen la casi toda
la cabeza marrón oscuro pero ahora sólo pueden verse unas manchas detrás de los
ojos. Estos las hace parecerse mucho a las gaviotas cabecinegras pero se las
distingue por el gris en las partes dorsales y el filo de las plumas de las
alas que es blanco con bordes negros. También el canto las distingue con unas
llamadas que suenan parecido a Kraa y kek.
Se encuentra por toda la zona paleártica
siendo muy abundante en los países del centro de Europa, está en expansión y es
colonial. En esta época, mediados de agosto, se podían ver algunos ejemplares
juveniles, así que deben de criar por la zona. Conseguí fotografiar a alguno de
ellos, por el plumaje este es su primer año (es el ave que vuela, el pollo que está posado es de gaviota patiamarilla). Los colores del plumaje son
distintos según la edad del ave.
Muchas son las gaviotas reidoras
que fotografié en estas aguas salobres y estas son las que he seleccionado para
la entrada. Espero que sepan expresar la grandeza de estas aves nacidas en la
urbe de Lisboa. Aves urbanas con las que las personas convivimos. En toda
ciudad o pueblo, si miramos un poco ahí las encontraremos, señalándonos una
convivencia que no es nueva, somos una especie con la que conviven un gran
número de animales, plantas, hongos, seres en general, y muchas veces no nos
percatamos de ello.