viernes, 3 de junio de 2016

A la orilla del Guadalquivir (Martinete común)




Dedico esta entrada a una vivista muy especial, que tenía muchas ganas de hacer. Se trata de un recorrido por el bajo Guadalquivir, cerca de su desembocadura.


Desde Lebrija hasta Trebujena existe una carretera (en muy mal estado) que discurre paralela al río que se ensancha en una inmensa llanura, tornando sus aguas a oscuras (como marrones), y aumentando la fuerza de sus corrientes, ya influenciado por las mareas marinas, ya casi inmerso en ellas. 


Parecían bastantes peligrosas sus aguas movidas, su caudal enorme, su potencia imparable, implacable ante su encuentro con la mar. 


Me sorprendió bastante la fuerza del río a estas alturas, pues lo había visto a su paso por Córdoba, también en Sevilla, pero se había ido canalizando a su paso por estas tierras. Todo su caudal unido en un mismo camino es un espectáculo tremendo.


Como es de suponer, a las orillas de tan magno río los seres se multiplican, y más a finales de la primavera, cuando las aves migratorias están ya asentadas y criando. Había cigüeñas por todas partes, alimentando a sus inagotables pollos. Pero hubo un ave que antes nunca había tenido el placer de ver e incluso oír y a ella quiero dedicar la entrada. 


Se trata del Martinete común (Nycticorax nicticorax), esquiva garza de hábitos nocturnos cuyo canto suena parecido al del cuervo. De ahí su nombre científico: Nicticorax significa cuervo nocturno.


A pesar de que era mediodía, pude ver muchos martinetes por el río. En la sombría orilla entre las numerosas ramas encontré un ejemplar al que pude fotografiar desde bastante cerca. En vez de volar, al verme, metió la cabeza detrás de una rama, y creyéndose así escondido se quedó inmóvil, como una estatua, mirándome de soslayo de vez en cuando. 


Realicé unas cuantas fotos y allí lo dejé, en su torpe escondite, con la cabeza oculta tras la rama.


Otros volaban de una orilla a la otra y los fotografié surcando las aguas del río. 


El martinete, es un tipo de garza que tiene prácticamente una distribución mundial (creo que hay que exceptuar Australia). En la península ibérica es una especie mayoritariamente estival (entre marzo y octubre). Pasa el invierno por el África tropical.


Su alimentación es muy variada, desde insectos, pequeños invertebrados, peces, cangrejos, etc. Su técnica de caza consiste en quedarse muy quieto en una rama baja esperando a que pase alguna presa y cuando esto ocurre con un rápido movimiento del cuello la atrapa.


Junto con las imágenes de los martinetes, como en otras ocasiones, introduzco algunas de los paisajes que habita, allá en el bajo Guadalquivir, junto a la fuerza imparable de sus movidas aguas. Espero que sepan expresar la alegría de tan magnífico encuentro.