Llega la primavera y con sus aguas fugaces purifica el
ambiente. Las espigas de trigo se estiran verdes hacia el cielo y los cantos de
las aves veraneantes inundan el aire.
Tras varios días de nieblas y efímeras lluvias, los campos
de Utrera se llenaron de charcas y pronto acudieron a ella distintos
pobladores.
Un morito común se alimentaba de insectos en una de ellas,
cerca de una cigüeñuela que no paraba de hacer movimientos violentos, agitando
la cabeza y emitiendo sonoros reclamos, al parecer molesta por el descaro del
morito. Mientras tanto una paloma doméstica aprovechaba para cazar por otro
lado de la charca. La cigüeñuela comenzó a hacer breves vuelos para espantarnos
a todos, incluido a mí, que desde mi bicicleta, cerca de charca, fotografiaba
la escena. Al final el morito tuvo que irse y la paloma también. La cigüeñuela quedó
sola, dueña y señora de la charca.
El morito común (Plegadis falcinellus) es uno de los Ibis que puebla Europa. Por Utrera está ahora de paso, los veo muchos días al atardecer.
Pasan volando bajo, en grupos de 7 a 10, volviendo quizás al lugar en donde
pasan la noche y del que salen al amanecer. En los días de lluvia pueden verse
grupos grandes por la zona del Torbiscal. Pero ni crían ni residen por estos
lares. Sólo se aprovechan de la bonanza y el derroche primaveral.
Es un ave zancuda, con el pico curvo que lo hace
inconfundible y que nos recuerda a ese dios que los Egipcios llamaron Thot. Es
de un color negro brillante. Depende de cómo le incida el sol se ve negro,
azul, verde o rojizo. Estuvo un rato dedicado a la limpieza de sus plumas,
indiferente a los reclamos de la cigüeñuela, pero luego, cuando esta comenzó
con los vuelos rasantes abandonó la charca.
La cigüeñuela común (Himantopus himantopus) es un ave de
extraordinaria belleza, estilizada, blanca y negra, con las patas rojas y el
pico muy fino. Es una limícola muy común y bastante ruidosa como pude
comprobar. La población ibérica es principalmente estival, por lo que este
ejemplar probablemente estuviera en su paso migratorio pre-nupcial.
Después de haber tomado estas fotos y habiendo quedado solo
la cigüeñuela tras la ruidosa trifulca, decidí dejarla tranquila en su pesca de
invertebrados varios en la fugaz charca de la primavera.