Esta pequeña ave habita buena parte del litoral
mediterráneo. Por estas tierras de la cálida Utrera se asoma en la primavera, inundado el cielo con su característico
reclamo y su ondulante vuelo. Tras un verano más silencioso, ahora, en los días
de otoño, se hace visible de nuevo entre los algodonales y los campos arados.
Han redoblado su número tras la cría y además porque están acompañados de otros
ejemplares procedentes de zonas más al norte.
Es una de las aves más pequeñas de Europa, por ello tuve mucha
suerte de encontrarme con éste confiado ejemplar que me dejó acercarme y
fotografiarlo. Cuando se posa en la vegetación se aferra a los tallos y se
mimetiza entre ellos con bastante facilidad, si no fuera porque lo delata su
reclamo.
Los buitrones son aves insectívoras, así que en estos días en
los que alúas, libélulas y moscas han resurgido tras las lluvias, deben de
estar haciendo su agosto. Las principales amenazas a las que se enfrenta esta
especie son la intensificación agrícola de las zonas que habita, el empleo de
pesticidas, los cultivos intensivos bajo plástico, la construcción de
urbanizaciones, etc. Actualmente se les considera “De interés especial” en el
Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.
Iba en bicicleta y desde lejos al oírme asomó al carril de
arena y me estuvo observando curiosamente. Aproveché para parar, sacar la
cámara y hacerle la foto. El pájaro seguía mirándome mientras saltaba de un
tallo a otro, hasta que al final voló hacia un árbol y se alejó de mi
presencia. Fue suficiente para ilustrar esta entrada.